sábado, mayo 31, 2008

Mayo del 68 y sus calles

Ya han pasado cuatro décadas de los acontecimientos que hicieron tambalear al gobierno de Francia, dejando su huella profunda en la cultura mundial, su impronta se puede ver aun hoy, mas allá de la cultura del merchaidansig, mayo del 68 ha sido una bisagra en la concepción intelectual. Algunos lo ven como la oportunidad perdida, la revolución de los burgueses, la imaginación al poder, pidamos lo “imposible” en contra del arte de la política de lo “posible”.

La «guerrilla urbana», como se referían a los estudiantes, produjo titulares como «Barricadas por todas partes», «Cuerpo a cuerpo en el Barrio Latino» o «Este joven manda en París», en referencia al líder estudiantil Daniel Cohn-Bendit, estos eran algunos titulares sensacionalistas corrían y anunciaban el nacimiento de «la revolución cultural europea».

Ya cuarenta años han pasado y quedan muchas otras huellas de aquel 68 parisino. En la perspectiva que da lo histórico, aquel joven que mandaba en Paris, Daniel Cohn-Bendit resume el balance y la actualidad de Mayo 68 de este modo:
-En París, Mitterrand y la izquierda socialista y comunista conquistaron el poder y pusieron en práctica una teoría marxista, jacobina, que todo lo confiaba en el control del Estado. Esa idea “revolucionaria” se había hundido ¿para siempre? con Mayo del 68. Hay quienes continúan esperando “tomar el poder” para poner en práctica la “auténtica revolución”. Dany recuerda que Mayo combatía esa visión estatal y marxista de la sociedad.

-Marx, Lenin, Mao, etc., pudieron tener días de confusa gloria, hace cuarenta años. Dany juzga esa dimensión de Mayo de este modo: “Los marxistas repiten siempre lo mismo, reducido su pensamiento a un determinismo conservador, olvidando que el comunismo no fue un espejismo, si no una locura devastadora”.

Los adoquines del Barrio Latino no fueron suficientes, la barricadas fueron escasas y las sentadas en Nanterre, La Sorbona, solo fueron medios para que la vanguardia de izquierda se vea sobrepasada por el carril izquierdo. La mantención del poder a cualquier costo no es solo patrimonio de la derecha, Mao sostenía que “La paz está en la punta de un fusil”. L'Humanité, órgano oficial del PCF, decía en un editorial que los estudiantes rebeldes eran unos "falsos revolucionarios a quienes hay que desenmascarar", y no titubearon en pactar con el gaudillismo.

El conocimiento es una acumulación de saberes, esta acumulación luego derrama en la sociedad, sobrepasa los claustros universitarios y buscan la calle, el espacio publico, lo tensionan y tracciona con sus propuestas. La rebelión urbana es el camino, las calles se ensanchan, para que se pierda la escala personal y den paso a los antimotines, el tiro franco de arma, rige nuestras perspectivas. La ciudad es el campo de lucha donde las ideas toman corpus. Los desborde universitarios se vieron casi cien años antes, por América Latina, "la reforma del 18", como se conoce al manifiesto liminar que en aras de la democratización que lanzaron el 21 de junio de 1918 estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba, y que hoy día sigue rigiendo gran parte de la conformación académica de nuestra Universidad. También tomaron las calles y se rebelaron contra el poder estatal y y poder eclesiástico que discernía que y como se debía ensenar en la universidad. El grito se escucho en toda Latinoamérica.

En agosto de 1967, en el hermano país de Chile, nueve meses antes del Mayo del 68, jóvenes estudiantes cristianos de la conservadora Universidad Católica, inspirados por el Concilio Vaticano II (1962-1965), exigieron cambios profundos a las autoridades de esa su casa de estudios. Ocuparon la universidad, ya la editorial del diario El Mercurio tildo como una "maniobra del marxismo", bajo cuyo influjo "barre contra las jerarquías de la enseñanza superior". Ese mismo 16 de agosto, los estudiantes colgaron un gran lienzo en el frontis de la casa central universitaria: "Chileno: El Mercurio miente".

Cuando el conocimiento desborda de las aulas, se mueve rápidamente en las calles de la ciudad, donde lo publico se torna aula, las clases para todos y saber se sociabiliza.

«Lo importante es que se haya producido cuando todo el mundo lo creía impensable y, si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir» Jean-Paul Sartre.

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