domingo, marzo 18, 2007

Energía y desarrollo urbano


¿Es posible otro modelo energético? O ¿debería ser posible otro modelo de desarrollo urbanos mas eficiente en cuanto a la energía?

El actual modelo de expansión urbana ha potenciado el consumo de energía sin precedente en el mundo y ha provocado que, en menos de 100 años, que el planeta experimente cambios ambientales y climáticos perceptibles.
Sostenibilidad y eficiencia energética, elementos que el actual modelo de desarrollo urbanos no presenta, y que resultan imprescindibles frente a las actuales pautas de consumo, la evolución poblacional mundial, la expectativa de avance de los países en vías de desarrollo, el deterioro del medio ambiente y la dependencia excesiva en los combustibles fósiles.
Algunos datos para graficar el tema:

Los combustibles fósiles continuarán abasteciendo la mayor parte de la demanda de energía mundial, cubriendo en 2030 el 82% de la demanda primaria.
El 2,5% representa la energía nuclear dentro de la producción energética mundial.
Se estima que en el período 2000 – 2020 habrá un incremento de la demanda mundial del 1,3% en los países en vía de desarrollo; éstos consumirán el 50% de la energía mundial.
El consumo de energía mundial en 2030 será un 60% superior al del año 2002.
El tráfico rodado provoca el 70% de la contaminación de las grandes ciudades en el mundo.
Las emisiones de CO2 crecerán hasta 2030 un 65% respecto al año 2002, lo que implica un crecimiento superior al de la demanda de energía en este mismo periodo, que sería del 60%.
El mayor crecimiento de emisiones de CO2 se debe fundamentalmente al consumo de combustibles fósiles en países en vías de desarrollo.

El siglo XX trajo un crecimiento sin precedentes en la historia de la humanidad, pero también produjo un aumento de la contaminación, el hacinamiento y la sobreexplotación de los recursos naturales, algunos ya extintos. Este modelo energético depende en un 80% de los combustibles fósiles, que ocasionan daños geopolíticos (invasiones, matanzas), generan contaminación y propician el cambio climático.
Con las actuales pautas, podemos ver estas disparidades:
Las desigualdades de ingreso se reflejan también en la disparidad de consumo material (véase la «Huella ecológica»). Se estima que el 20 por ciento de la población mundial más rica es responsable del 86 por ciento del total de gastos de consumo privados, consume el 58 por ciento de la energía mundial, 45 por ciento de toda la carne y el pescado, 84 por ciento del papel y posee 87 por ciento de los automóviles y de 74 por ciento de los teléfonos. En contraste, el 20 por ciento de los más pobres del mundo consumen el 5 por ciento, o menos, de cada uno de esos bienes y servicios (UNDP 1998).
Para repensar!!!

La imagen pertenece a nstark

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