sábado, marzo 03, 2007

Esa lluvia y esta ciudad.

Bien podría ser un post de poesía, con ese titulo, pero a ser realista es mas una tragedia griega, un tango o un lamento, que se escucha cada vez que el cielo se pone gris y empieza a caer agua, bendito liquido, pero en Capital Federal es lo mas parecido a un castigo Divino.

Así pues fue esta última lluvia (*) que cayo sobre Capital Federal, si bien fue Histórica, también fue histórica sus consecuencias, y a la vez pasa a la historia recurrente de las lluvias, al parecer todos caen sin piedad sobre calles y no hay alcantarillas que aguanten.

Tuve la experiencia que compartir una lluvia histórica en Palermo cerca de Juan B Justo, lugar propicio para ver como reacciona la ciudad ante una lluvia, por allí pasaba el arroyo Maldonado, que fue entubado allá por la década del treinta, cuando la ciudad avanzaba tierra adentro.

Nos es casual esta referencia ya que este conformo junto con el Vega, Medrano y Cildañez (hoy canalizados en forma subterránea) el sistema hídrico de Capital Federal, en donde Juan de Garay asentó sus 9 x 15 solares.

Allá por las décadas comprendidas entre el 1920 y el 19440, el anillo pluvial denominado Radio Nuevo, Cildañez, Maldonado, Medrano, vega, fueron canalizado. Esta intervención facilitó el proceso de ocupación de la ciudad de Buenos Aires, que ya venía desarrollándose, a ritmo creciente, las cuadras fundacionales en donde Borges, ubico el inicio de la ciudad ya no estaban en un lugar bajo.

El suelo urbano se valorizó, se densificaron las construcciones, se multiplicaron los comercios, se trazaron avenidas y calles sobre los antiguos arroyos. El desarrollo de este proceso culminó en la situación actual, una gran superficie de suelo NO absorbente y diminutas parcelas de suelo absorbente, por lo cual el 90% del agua de lluvia debe ser canalizadas por sumideros y desagües hasta el Rió de la Plata, hay que acordarse de que esta situación estaba pensada en los años 60, ya para la década del 90 este sistema esta conectado con todo el crecimiento que se dio tierra adentro de la ciudad, Belgrano, Coglan, Caballito, Núñez, y esas aguas aumentaron el caudal a transportar.

Si hay algo que iguala a los hombres y sus creaciones es la naturaleza, que no hace distinciones de barrios, niveles altos y bajos, las mismas inundaciones que se ven en Belgrano, villa Crespo, Núñez, Palermo, se padecen en la Boca, Barracas, Pompeya, Lugano.

En la ciudad de Buenos Aires, por lo tanto, no es posible hablar de una relación directa entre vulnerabilidad y pobreza, sino que se presenta una amplia variedad de situaciones por lo menos en esta que depende de una acción de la naturaleza.

La cantidad de planes y proyectos urbanos, la implementación de códigos de edificación y planeamiento e intervenciones aisladas, medidas que, pensadas para mejorar el funcionamiento de la ciudad, no hicieron sino aumentar el riesgo y la vulnerabilidad en áreas como la cuenca del arroyo Maldonado.

Esta situación hoy seguirá y se hará mas que una histórica algo frecuente dado el cambio climático que esta ya esta entre nosotros, la densificación de la ciudad de Buenos Aires, la disminución de la superficies de suelo absorbente, el aumento de los niveles de la napa freática y la suba del nivel del Rió de la Plata hará que el drenaje de las aguas ya no sea una tarea de diferencia de alturas.

(*) Según datos del Servicio Meteorológico Nacional, entre las 9 y las 15 cayeron 61 milímetros de agua sobre la Capital Federal. El pico se registró entre las 11 y las 12, con 49.4 milímetros.

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