miércoles, mayo 14, 2008

Villa Inflamable. La contaminación se vive!

A pocas cuadras de las luces del centro de Avellaneda se encuentra Villa Inflamable. En el precario asentamiento viven alrededor de 1500 familias, algo así como 5000 personas. El barrio obtuvo el actual nombre hace unos pocos años, antes se llamaba Villa Prost.
El cambio de nombre lo alcanzó luego de mucho tiempo de estar expuesto al Polo Petroquímico de Dock Sur, vecino de estos pobladores.

Al interior de la Cuenca Matanza – Riachuelo, Villa Inflamable es uno de los lugares más pobres, abandonados y contaminados del conurbano. De acuerdo con estudios realizados en 2003 por la Defensoría del Pueblo de la Nación, que conduce Eduardo Mondino, la mitad de los niños del barrio tienen plomo en sangre. Otro estudio desarrollado por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) detectó además la presencia de 17 sustancias tóxicas (benceno, tolueno, xileno, tetracloruro de carbono, entre las más peligrosas). Al respecto puede verse en la publicación de la Fundación Metropolitana el cuadro referido a las sustancias halladas y sus consecuencias sanitarias en el hombre.

Los efectos de la exposición de la población a la contaminación son evidentes: alteración del metabolismo en los niños que deriva en pérdida de capacidad intelectual, talla y peso; trastornos en los embarazos; multiplicación de los casos de cáncer; generalización de diferentes patologías respiratorias y de la piel. Es común ver en el barrio a chicos, jóvenes y adultos con dificultades para leer y escribir, con convulsiones desde que nacen, con miembros deformados, con dolores de cabeza insoportables. Así se vive en Villa Inflamable. Estos son los rasgos que ha encontrado Débora Swistun, antropóloga que publicó un libro (junto con el sociólogo Javier Auyero) sobre el barrio y “el sufrimiento ambiental” de este poblado.

El principal responsable de este cuadro de situación es un gigantesco polo industrial, que dio y da trabajo a cientos de personas d el azona y aledaños al el. Pero el progreso de unos es la muerte silenciosa de otros. El modelo capitalista en donde se concentra los beneficios de la renta del oro negro, expulsa en sus limites sus desechos, olvidando que en sus bordes están aquellos que son marginados por el sistema.

El desarrollo local, entendido en desde la perspectiva de generación de dinero, ganancias, o divisas, solo dejando como valor agregado la generación de empleo, es un modelo que no se sustento, pero no solo la naturaleza fue su victima, también derramos sus efectos colaterales a miles de personas que se asentaban a su alrededor para poder subsistir, viviendo de los desechos de lo que produce la ciudad.
Los polos que alli se asientan van desde petroleras, aceites y jabones, y hornos incineradores de residuos peligrosos. Alli se concentran alrededor de 42 empresas, 25 de las cuales son de alto riesgo. En total genera el 5% del PBI de la provincia de Buenos Aires.

El defensor del Pueblo Mondino concluyó hace unos años sobre Villa Inflamable: “Es un lugar que desde el punto de vista ambiental no tiene remediación posible”.

Creo que aportar que los vecinos, también, tienen déficit menos dañino, como ser rellenos clandestinos, viviendas deficitarias, la falta de redes de agua potable y desagües cloacales, es menor teniendo en cuenta lo anterior.

En 2004, una legislación de Avellaneda prohibió la instalación de nuevas industrias o la ampliación de existentes en el Polo; por otra parte, para el período 2008-2013 se acordó la reubicación de las plantas más riesgosas. En 2006, el intendente municipal prometió el traslado de las familias más comprometidas (alrededor de 300) a otros barrios de la zona; este año se procedería (en un acuerdo entre el partido y Nación) al movimiento de 25 familias. Actualmente, la Secretaría de Ambiente de Nación trabaja en el lugar en el marco del Plan Integral de Saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo.

En el recientemente publicado libro “Inflamable. Estudio del sufrimiento ambiental” (escrito por Auyero y Swistun; Paidós, 2008), los autores describen la vida de los vecinos de la Villa: “Son víctimas de desgracias ambientales, económicas y políticas que ellos no han producido. Sus complicadas vidas ilustran los efectos devastadores que la contaminación ambiental tiene en los jóvenes cuerpos y mentes de los habitantes de Villa Inflamable. La suya es una historia, similar a la de otros territorios de relegación urbana, de cruda necesidad económica que surge de la erosión del trabajo asalariado y de un Estado que, en términos prácticos, los ha casi abandonado”. Y en una de sus conclusiones, advierten: “La historia de Inflamable también habla de una silenciosa habituación a la contaminación y de una casi completa ausencia de acción colectiva contra la amenaza tóxica”.
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Imagen tomada de Indimedia

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